domingo, 19 de febrero de 2017

El origen de las arañas

Las arañas son uno de los grupos más conocidos de invertebrados. Actualmente gozan de una alta diversidad, pues se han descrito más de 45,700 especies. Con todo, no son el único grupo de arácnidos, pues según sus estudiosos, la clase Arachnida (a-rác-ni-da) contiene al menos 10 órdenes de los que, Aranae (las arañas verdaderas) son sólo un "pequeño" grupo. Todas ellas comparten la misma anatomía básica: un cefalotórax que contiene la cabeza y esas ocho patas bien reconocibles, seguida de un abdomen que alberga, entre otras cosas, los pulmones de la araña.

Anatomía interna de una araña. Trabajo modificado de Xvazquez.

Con todo y que las arañas son protagonistas de pesadillas, pocos fósiles se conocen de ellas. Principalmente porque, son de cuerpo blando y ese tipo de anatomía, rara vez fosiliza. Por ello, los científicos poco sabían de su origen (aunque ideas no faltaban). Aunque algo era seguro: aparecieron en algún punto del Carbonífero. Sólo que menos especializadas y definitivamente no eran gigantes como las mostraron en el documental de la BBC: "Paseando con monstruos", ya que ese bicho (el del documental) en realidad nunca fue una araña, sino un pedazo mal interpretado de "escorpión" marino.

La mítica araña "mesotelae" era en realidad el fósil mal interpretado de Megarachne, un escorpión marino. Imagen promocional, propiedad de la BBC.

El año pasado se describió un "eslabón perdido" de la historia evolutiva de las arañas. El fósil fue nombrado como: Idmonarachne brasieri y data del Carbonífero superior, de entre hace 299 y 305 millones de años de antigüedad. Y aunque no es una araña en el sentido estricto del nombre, se le acerca (y mucho). Lo maravilloso de este hallazgo es que el fósil está preservado en 3D, lo que permite estudiar mejor su anatomía. Gracias a este hecho, los científicos pudieron estudiar a detalle la araña y al llevar a cabo un análisis filogenético, resultó ser una "protoaraña", es decir, Idmonarachne representa al grupo más basal de arañas troncales conocidas a la fecha. Tras su estudio sabemos que las "protoarañas" ya tenían la forma clásica de una araña y la misma capacidad de inocular veneno a sus presas. Desafortunadamente la punta de la cola no se preservó y no se puede asegurar que este pequeñín haya producido la tan característica seda que fabrican las arañas. Sin embargo, los científicos apuestan a que es probable que sí haya producido dicha substancia.

Reconstrucciones en tomógrafo de Idmonarachne brasieri. Tomado de Garwood et al. 2016.

Gracias a hallazgos como estos podemos saber un poco más del origen de las arañas, que no fue gigante, sino modesto (de aproximadamente 1 cm de largo) y hace unos 300 millones de años, en lo que hoy es Europa. Sin duda que hallazgos como estos son recibidos con los (ocho) brazos abiertos.

Reconstrucción artística de Idmonarachne brasieri. Tomado de Garwood et al. 2016.


Fuente (artículo completo en el link):
Garwood, R. J., Dunlop, J. A., Selden, P. A., Spencer, A. R., Atwood, R. C., Vo, N. T., & Drakopoulos, M. (2016, March). Almost a spider: a 305-million-year-old fossil arachnid and spider origins. In Proc. R. Soc. B (Vol. 283, No. 1827, p. 20160125). The Royal Society.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Paleoarte de la conservación

Cuando uno dice "paleoarte", generalmente vienen a la cabeza imágenes de ilustraciones, pinturas y otras representaciones pictóricas de criaturas extintas.

Sin embargo, el término "paleoarte" solía ser más que un frío monopolio de animalitos "posando". El paleoarte fue un término concebido dentro del mundo artístico. La definición fue creada por William John Thomas Mitchell  en 1998 y reza: "arte que comprende el presente y el futuro de las sociedades industriales avanzadas, y les otorga un nuevo marco al colocarlos en la perspectiva de la paleontología y la geología".

Y esta pieza de John T. Morano es realmente eso: paleoarte.

Morano describe su obra bajo la premisa de imaginar cómo sería tener dinosaurios (no avianos) vivos hoy en día. Y a diferencia de muchos soñadores, Morano nos presenta una cruda, pero muy cierta realidad.

Morano imagina un Triceratops recién cazado por furtivos. Le han mutilado para vender sus "partes" en el mercado negro.
Los cuernos son "medicina" que se vende en cientos de dólares para hacer crecer el pene, sobra decir que no funciona.
El pico se usa para crear una "poción" que te "hace más inteligente".

Pero los furtivos no terminaron el trabajo. Como se puede ver, aún quedan espinas, por lo que se piensa que el cadáver de este animal fue abandonado a prisa. Quizá porque las autoridades se aproximaban.

Pueden notar que faltan las patas. No se preocupen. Éstas servirán de taburetes para los ricos.

En esta historia ficticia, este Triceratops era bien conocido por la gente local. Era una hembra joven sana y que según el reporte de la necropsia, estaba a unos días de poner sus huevos.

Quizá la pieza de Morano no satisfaga a los críticos más refinados de arte. Quizá sea un poco "posmo" (por aquello de que el discurso se impone ante la ejecución y la técnica). Pero si recordamos la definición de paleoarte dentro de la teoría de la cultura, esta obra cumple cabalmente.

Es tiempo (nuevamente) de reflexionar sobre nuestros hábitos y de cómo estos afectan la vida del planeta. Sobre nuestro mitos y realidades. Pues recordemos, somos actores clave en esta historia, la historia de la vida en la tierra.

miércoles, 8 de febrero de 2017

¡Eran dos!

Ahhh los murciélagos, uno de los grupos de mamíferos más diversos de todos. Están en segundo lugar en cuanto a su número de especies, siendo superados sólo por los roedores. Los murciélagos están distribuidos en todas las masas continentales importantes del planeta, con excepción de los sets navideños de coca-cola: la Antártida y el alto Ártico, donde viven animales bastante extremos. Los no tan hardcore murciélagos gustan más de las zonas tropicales, donde su diversidad es impresionante. Pero no sólo abundan en número, sino en nichos ecológicos. Hay murciélagos insectívoros, frugívoros, hematófagos (bebedores de sangre), cazadores de vertebrados e incluso, pescadores.

Los murciélagos, la segunda historia más exitosa del árbol evolutivo de los mamíferos.

En las islas, los murciélagos son menos comunes, pues tienen como limitante el océano. Sin embargo, cuando los quirópteros llegan a las islas, producen rarezas, como el murciélago terrestre de Nueva Zelanda (Mystacina tuberculata) o el murciélago canoso Hawaiano (Lasiurus cinereus semotus), que era considerado el único mamífero nativo de las islas de Hawái. Sin embargo, un estudio reciente nos muestra que NO es el caso. Había una segunda especie de murciélago en las islas.

Murciélago canoso de Hawái. Créditos en la fotografía.

La evidencia muestra que el murciélago canoso hawaiano (Lasiurus cinereus semotus) arribó a las islas desde América del Norte continental, entre hace 7 y 10 mil años, después del último máximo glacial del Pleistoceno. Pero "llegó a barrer", pues milenios antes, las islas habían sido pobladas por Maui otro murciélago que se extinguió, pero arribó mucho antes: el murciélago de tubo de lava, Synemporion keana. Este mamífero llegó a las islas hace unos 320,000 años y perduró hasta aproximadamente el año de 1760. Según los investigadores, este mamífero (S. keana) se ha encontrado fosilizado en cuevas de Hawái, lo que es raro para un vespertiliónido, además de que no parece tener parientes norteamericanos, lo que sugiere que quizá este murciélago en realidad fue traído a las islas por Moana antiguos pobladores humanos.

Comparación de cráneos del murciélago canoso hawaiano (en gris apagado) y el murciélago de tubo de lava, Synemporion keana (en negro sólido). Tomado de Ziegler et al. (2016).

Así que ya lo saben, en las islas de Hawái sólo queda un murciélago nativo, pero antes, eran dos.


♪♫(somos los exploradores invitados)♫♪


Fuente:

Ziegler, A. C., Howarth, F. G., & Simmons, N. B. (2016). A second endemic land mammal for the Hawaiian Islands: a new genus and species of fossil bat (Chiroptera: Vespertilionidae). American Museum Novitates, (3854), 1-52.


lunes, 6 de febrero de 2017

Vegetariano y feo

Noticia vieja para algunos, nueva para otros. Resulta que en 2014 se describió a un bicho feo, tan feo que sólo su madre sería capaz de amarlo (y los paleontólogos, esos locos aman cada cosa). Se trata de Atopodentatus unicus, un reptil marino cuyo nombre significa "único y con dientes en lugares inusuales". Este animal vivió durante el Triásico medio (Anisiano) en lo que hoy es Yunnan, China. Su nombre hace referencia a que se creía que tenía los dientes en el medio del rostro, a manera de cremallera.

Atopodentatus unicus por Julius Csotonyi. Esta reconstrucción está hoy caduca. El cráneo fue tomado de Cheng et al. (2014) y fue añadido a la reconstrucción por un servidor.

Esta "cara fea" fue sujeto de debate, pero el fósil original con el que se describió al animal parecía sugerir que esa era su configuración normal. Eso cambió cuando la nación del fuego atacó apareció un nuevo material mejor preservado. Estos fósiles fueron descritos el año pasado y le hicieron una necesaria cirugía plástica al pobre atopodentato. La nueva cara del animal era rara, pero ya no tanto, pues ahora parecía que este reptil marino había surgido de una noche de copas entre una iguana y un pato (o un Nigersaurus viajero del tiempo y con filias raras).

La nueva cara del Atopodentatus. Ilustración de Joschua Knüppe. El cráneo de la izquierda fue añadido por un servidor y fue tomado de Chun et al. (2016).

Atopodentatus ya no parece una bestia de ciencia ficción. Resulta que el holotipo (ejemplar que representa a toda la especie) estaba roto y de ahí que saliera con esa cara tan rara. La realidad superó pronto a la ficción, pues resultó que esta bestia marina tenía una boca plana y en forma de aspiradora, que los científicos dedujeron estaba adaptada para poder mascar plantas. Atopodentatus pasó de ser un presunto filtrador al más antiguo reptil vegetariano del registro fósil.

Modo de vida de Atopodentatus, tomado de Chun et al. (2016), ilustración de Y. Chen.

Y con esto podemos atestiguar otro de los famosos "cambios de look" en paleontología, esos que se dan no por gusto, sino por nuevas evidencias.


Fuentes:

Cheng, L., Chen, X. H., Shang, Q. H., & Wu, X. C. (2014). A new marine reptile from the Triassic of China, with a highly specialized feeding adaptation. Naturwissenschaften, 101(3), 251-259.

Chun, L., Rieppel, O., Long, C., & Fraser, N. C. (2016). The earliest herbivorous marine reptile and its remarkable jaw apparatus. Science advances, 2(5), e1501659.

- Editado por Cristina Prieto ♥.

jueves, 2 de febrero de 2017

Orquídeas cantarofílicas

Las orquídeas (familia Orchidaceae) son plantas con flores que pertenecen al grupo de las Asparagales, un grupo que incluye varias plantas poco conocidas y a las agaváceas, famosas por su uso para la industria del alcohol y la producción de mezcales (entre los que destaca el Tequila). El nombre orquídea significa "con forma de testículo", en referencia a que algunos de los bulbos de estas plantas tienen formas un tanto... Peculiares.

Una orquídea que con su apariencia, engaña a insectos a pensar que son una abeja hembra dispuesta a copular... Al final el pobre macho calenturiento se va con una bolsa de esperma de orquídea.

La coevolución entre plantas y mecanismo de polinización de éstas se denomina: "síndrome de polinización". Actualmente estas plantas son polinizadas principalmente por insectos de los órdenes Himenoptera y Lepidoptera (abejas y mariposas respectivamente), aunque pueden ser polinizadas por otros animales e incluso, las orquídeas pueden ser independientes de cualquier ayuda animal. A cada tipo de polinización dependiente de insectos se les da diferentes nombres. Por ejemplo, la que depende de abejas se denomina "melitofilia", la que depende de mariposas "psicofilia" y la que depende de escarabajos, "cantarofilia".

Una inflorescencia de orquídeas es visitada por una mariposa. A este síndrome de polinización se le conoce como falenofilia.

Las orquídeas casi nunca presentan cantarofilia, pues los escarabajos no son polinizadores eficientes. Sin embargo, un nuevo estudio con ámbar de República Dominicana y de México (Simojovel, Chiapas) muestra que orquídeas del Eoceno-Mioceno usaban escarabajos para que llevaran a cabo su polinización. La evidencia procede del estudio de unos extraños "bultos" en el dorso de los escarabajos. Esos bultos eran ni más ni menos que bolitas de "esperma" vegetal (polen) llamados "polinia".

Escarabajos con evidencias de su visita a orquídeas. A la izquierda, un gorgojo (Curculionoidea) de República Dominicana posado sobre una orquídea, portando una polinia (indicada por la flecha). A la derecha, Annulites mexicana (de Chiapas, México), un escarabajo tilodactílido (Ptilodactylidae) con pollinia (indicados por la flecha) adheridos a la boca. Fotos tomadas de Poinar (2016).

Esto no sólo demuestra que en el pasado, la amplitud de polinizadores que tenían las orquídeas era mucho mayor, sino que además, destaca el papel de los escarabajos como polinizadores de orquídeas y sugiere que su importancia fue mayor en el pasado. Sin embargo, la dificultad de encontrar piezas de evidencia como éstas, hace que interacciones como la polinización sea "invisible", al menos de forma temporal, pues si algo muestran estos fósiles es que hay mucho más de lo que se ve a primera vista en una pieza. La cosa es buscar.


Fuente:
Poinar, G. (2016). Beetles with orchid pollinaria in Dominican and Mexican amber. American Entomologist, 62(3), 172-177.